Francisco Paladino

(diseño, redacción, iluminación y puesta en escena)

Descripción

Este blog, así como usted lo ve, es un Trabajo Final de la cátedra II de Comunicación y Medios, materia dictada en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata. Si usted es docente o estudiante de dicha universidad, los contenidos le serán familiares. Si usted, en cambio, llegó aquí por casualidad... ¡Huya antes de que el conocimiento lo alcance!

21 de junio de 2010

EJE 2

Del lujo a la vulgaridad

El 17 de octubre de 1951 la televisión pública, entonces con el nombre de canal 7, hacía su primera transmisión. El evento a cubrir era el Día de la Lealtad Peronista, durante el cual Evita se levantó de su lecho para hablarle al pueblo por última vez. Juan Domingo Perón había mandado a traer equipamiento técnico desde Estados Unidos para inmortalizar el momento, y lo logró, puesto que todos recordamos la imagen de él sosteniendo a Eva por la cintura, ya aquejada por su terrible enfermedad. En aquel momento diez cámaras de televisión con un cableado improvisado tomaban imágenes para reproducirlas en unos pocos aparatos ubicados en los comercios más importantes de la ciudad, la TV había llegado a la Argentina.
En un país habituado a la radio, amante de sus apasionadas transmisiones, la nueva y sorprendente tecnología que representaba la televisión tardó en adaptarse. Desde la emisión del Día de la Lealtad tuvieron que pasar 16 años hasta que en 1967 la Asociación de Fútbol Argentino firmó un contrato para transmitir un partido de fútbol semanal. Ese fue el primer paso hacia la televisación del deporte más popular de la Argentina y un paso clave en la mediatización de la cultura nacional que había comenzado con la radio.
Al empezar a relacionarse con el fútbol, la televisión empezó a modificarlo, a cambiar el modo en que la sociedad lo percibía. Durante una de las primeras transmisiones, por ejemplo, la necesidad de jugar en horario nocturno para favorecer la emisión televisiva provocó que se jugara con una temperatura de apenas 3 grados y a pesar de ser un viernes por la noche, sólo se vendieron 391 entradas en el enfrentamiento entre River y Unión. La práctica regular de este deporte se tuvo que adaptar al progresivo avance de las tecnologías de reproducción, pues el entramado cultural que se empezaba generar determinaría una unión perenne entre ambos.
Con el advenimiento de la televisión a color para el Mundial de Fútbol del año 1978, los aparatos de TV comenzaron a formar parte de la vida cotidiana, ya la sociedad se empezó a relacionar con ellos de manera habitual y su utilización fue mucho mayor. Las emisiones deportivas les ahorraban a los ciudadanos la necesidad de ir al estadio y le garantizaban que podrían ver todas las secuencias del partido, en vivo y en directo, como si estuvieran allí. Esta transformación en el tiempo y el espacio fue revolucionaria para la época, y aunque hoy en día parezca casi absurdo, significó un cambio muy profundo en la relación entre los medios de comunicación y la mayoría de la población.
Hoy en día, la televisión forma parte de la vida cotidiana de casi todos los argentinos con el fútbol como práctica cultural dominante reproducido a través de ella. Todos los partidos se transmiten en vivo y en directo, y a partir de la estatización de los derechos televisivos, de forma gratuita. Con esta medida gubernamental, todos aquellos que no tenían acceso al cable pueden disfrutar del fútbol con tan solo una antena que capte canal 7. La TV y el fútbol, como aliados inseparables, ingresan en los hogares de toda la sociedad, abren y cierran las puertas que comunican al individuo con el estadio, cualquiera en su casa puede relacionarse con su equipo a la distancia, pedirle al lateral que se proyecte, gritar un gol.
La llegada de la Televisión Digital como novedosa y prometedora tecnología a la TV Pública, supuso un nuevo cambio en la cultura nacional. A partir de su aparición, las transmisiones tanto deportivas como de otra índole pueden ser vistas en teléfonos celulares y en computadoras, con una calidad altamente superior a la que tiene la TV tradicional. Esto, sumado a la alta definición resignifica la manera de relacionarse de los individuos con el medio, permitiéndole una gama de nuevas posibilidades impensadas hasta este momento. La Televisión Digital pluraliza y democratiza los contenidos, haciéndolos accesibles a cualquiera a través de un plan de reparto de decodificadores, que le permiten a todos acceder a la novedad televisiva.
El espectacular suceso mediático de la televisación por la TV Pública del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010 merece un párrafo aparte. La Copa del Mundo supone una automática exacerbación de lo nacional, situación en la cual los medios de comunicación tienen mucho que ver, impulsando y ritualizando los contenidos de lo que representa la Selección. La relación entre territorio e identidad adquiere un rol fundamental a la hora de analizar la pasión que despierta el equipo nacional en la sociedad toda, fenómeno que Vilena Fiengo entiende como una consecuencia de los procesos de globalización. La televisión reproduce las significaciones nacionalistas y fomenta el fanatismo al punto que la Patria termina siendo la Selección Nacional de Fútbol.
El carácter histórico, social y cultural de los medios de comunicación determina su apego a la sociedad como parte constitutiva de ella en los nuevos modos de organización que aparecen con las Tecnologías de la Información y la Comunicación. En relación al fútbol en particular, los media reproducen sus significaciones, llevándolas más allá del tiempo y el espacio tradicionales. La televisión parece haber nacido para relacionarse con el fútbol, por lo tanto es una virtud saber identificar este vínculo y aprovecharlo como generador de contenidos culturales, en una sociedad en la cual los medios de comunicación tienden a desecharlos.

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